En 2007, la Unión Europea presentó la directiva que obliga a un triple objetivo para 2020: reducir un 20% las emisiones de CO2 , reducir un 20% el consumo de energía, y a generar el 20% de la energía mediante renovables. Sin embargo, según las últimas estimaciones, cuatro años después la UE
no avanza hacia su objetivo de
reducir en un 20% su consumo de energía previsto para 2020.
De ahí que proponga aplicar en todos los sectores económicos una nueva serie de medidas en favor de una mayor eficiencia energética, a fin de subsanar este problema y volver a encarrilar los esfuerzos de la Unión. Esta propuesta de nueva directiva presenta medidas, dirigidas a intensificar los esfuerzos de los Estados miembros por un uso más eficiente de la energía en todos los eslabones de la cadena energética, despde la transformación de la energía, y su distribución, hasta su consumo final.
En suma, la Comisión propone medidas simples, aunque ambiciosas:
- Obligación jurídica de crear sistemas de ahorro energético en todos los Estados miembros: Los distribuidores de energía o las empresas minoristas de venta de energía estarán obligadas a ahorrar cada año un 1,5% de sus ventas de energía, en volumen, mediante la aplicación de medidas de eficiencia energética tales como la mejora de la eficiencia de los sistemas de calefacción de los consumidores finales de energía, mediante la instalación de ventanas con doble acristalamiento o de tejados aislantes. Como alternativa, los Estados miembros podrán proponer otros mecanismos de ahorro de energía, por ejemplo, financiar programas o acuerdos voluntarios que arrojen los mismos resultados, pero que no se basen en obligaciones impuestas a las empresas energéticas.
- El sector público debe dar ejemplo: Los entes públicos impulsarán la adopción por parte del mercado de productos eficientes desde el punto de vista energético, mediante la obligación jurídica de adquirir edificios, bienes y servicios eficientes energéticamente. También tendrán que reducir gradualmente la energía que consumen en sus sedes, mediante la realización cada año de obras de renovación que afecten, como mínimo, al 3 % de su superficie total.
- Gran ahorro de energía para los consumidores: Un acceso sencillo y gratuito a la información en tiempo real, y al consumo de energía en el pasado, mediante contadores individuales más precisos, permitirá a los consumidores gestionar mejor su consumo de energía. La facturación debe basarse en el consumo real y reflejar correctamente los datos del contador.
- PYMEs: Incentivos para que procedan a realizar auditorías energéticas y difusión de mejores prácticas.
- Industria: Tendría que ser más consciente de sus posibilidades de ahorro energético, y las grandes empresas tendrían la obligación de realizar auditorías energéticas cada tres años.
- Eficiencia en la producción de energía: Control de los niveles de eficiencia de las nuevas instalaciones de producción de energía y establecimiento de planes nacionales de calefacción y refrigeración, basados en la cogeneración y la recuperación del calor residual.
- Transmisión y distribución de la energía: Mejoras en la eficiencia gracias a la consideración de los criterios de eficiencia energética en las decisiones de las autoridades nacionales de regulación de la energía, especialmente al aprobar las tarifas de red.
- Certificaciones: Se introducirían sistemas de certificación que garantizaran un alto nivel de competencia técnica de los proveedores de servicios energéticos
De acuerdo con las propias estimaciones de la Comisión, se espera alcanzar un acuerdo político, entre la Comisión y el Parlamento, sobre la propuesta de Directiva entre enero y junio de 2012, lo que permitiría la
entrada en vigor de la Directiva a finales del mismo 2012. Los Estados Miembros deberían implementar la nueva Directiva antes del fin de 2013, posibilitando una primera evaluación de resultados a mediados de 2014.